CNBC reportó que a pocos días de una posible aprobación de emergencia y por más difíciles que hayan sido las etapas de investigación, desarrollo y distribución de la vacuna del COVID-19, algunos expertos argumentan que la parte más difícil de combatir al virus es en realidad la que sigue: convencer a la población de que se vacune.
Aproximadamente cuatro de cada diez estadounidenses dicen que "definitivamente" o "probablemente" no se pondrán una vacuna, según una encuesta reciente del Pew Research Center. Si bien esto es más alto que hace dos meses, para lograr la inmunidad colectiva, los expertos dicen que alrededor del 70% de la población necesita vacunarse o tener anticuerpos naturales.
Sin embargo, es posible que los empleadores no acepten un "no" como respuesta.
"Un par de mis clientes corporativos se están inclinando por hacer que la vacuna del COVID-19 sea obligatoria", dijo Rogge Dunn, un abogado laboral de Dallas. Sus clientes van desde empresas de manufactura hasta otras en el sector de alimentos y bebidas, industrias que han sido golpeadas durante meses debido a la pandemia y los cierres obligatorios por mandato del gobierno. Una vacuna promete a los empleadores un regreso a alguna forma de normalidad, que se necesita desesperadamente a medida que las empresas buscan recuperar ganancias.
¿Puede ser la vacuna obligatoria para trabajar?
Uno de los clientes de Dunn en el sector de la restauración cree que el requisito de vacunación obligatoria podría cambiar las reglas del juego para las empresas. "Creen que les da una ventaja competitiva", explicó Dunn. "Podían decir a sus clientes: 'nuestro restaurante es seguro. Todos nuestros empleados han sido vacunados', indica.
Puede ser, en parte, una táctica de relaciones públicas pero aún así Dunn dijo que está totalmente dentro de los derechos del empleador implementar este tipo de requisito. "Según la ley, un empleador puede obligar a un empleado a vacunarse y, si no lo acata, despedirlo", dijo Dunn.
Coronavirus
Dorit Reiss, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de California, dijo que las empresas privadas tienen derechos bastante amplios. "Requerir una vacuna es una regla laboral de salud y seguridad, y los empleadores pueden hacerlo", dijo Reiss.
Un ejemplo interesante residen el sistema de salud. La Dra. Hana El Sahly, que supervisa un ensayo clínico para la vacuna candidata de Moderna, cree que los hospitales podrían eventualmente convertir la inoculación de COVID-19 en una condición de empleo, similar a cómo se requiere la vacuna anual contra la influenza para todo el personal médico.
"Todos tenemos que demostrar que nos vacunamos contra la gripe antes de salir a ver a nuestros pacientes", dijo El Sahly. "Cuando estamos enfermos, no podemos ofrecer los servicios que son vitales a la comunidad".
Algunas excepciones
Sin embargo, existen algunas excepciones notables a este tipo de requisito general. Si una fuerza laboral está sindicalizada, el convenio colectivo puede requerir negociar con el sindicato antes de exigir una vacuna.
También las leyes contra la discriminación también brindan algunas protecciones. Según la Ley de Estadounidenses con Discapacidades, los trabajadores que no desean vacunarse por razones médicas son elegibles para solicitar una exención. En este caso, un empleador tendría que proporcionar ajustes razonables, como permitir que el empleado trabaje de forma remota.
Según el Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964, si vacunarse es una violación de una creencia religiosa "esgrimida con sinceridad", ciertos feligreses también podrían optar por no participar.