WASHINGTON — El presidente Donald Trump se ha desentendido públicamente de la batalla contra el coronavirus en momentos en que la enfermedad se está propagando a un ritmo alarmante en Estados Unidos.
El mandatario, recién salido de su derrota en la elección presidencial ante Joe Biden, sigue molesto porque un anuncio sobre avances en el desarrollo de una vacuna para la enfermedad se hizo después de los comicios. Y colaboradores aseguran que el mandatario ha mostrado poco interés en la crisis de salud pese a que los casos nuevos confirmados se han disparado y las unidades de terapia intensiva de los hospitales están llegando al límite de su capacidad en algunas partes del país.
Expertos en salud pública han manifestado preocupación de que la negativa de Trump a adoptar medidas enérgicas contra la enfermedad o para coordinarse con el equipo de Biden durante los últimos dos meses de su presidencia sólo agraven los efectos de la pandemia y obstaculicen la capacidad de la nación para distribuir rápidamente una vacuna el año entrante.
El equipo especial de respuesta de la Casa Blanca al coronavirus sostuvo el lunes su primera reunión después de las elecciones. Los funcionarios examinaron el creciente número de casos y el prometedor desarrollo de una vacuna de Pfizer, e hicieron un reconocimiento a los servicios del contralmirante de la Marina John Polowczyk, miembro del equipo especial que se retiró el lunes.
Sin embargo, Trump, que no participa en las reuniones del equipo especial, continúa absorto en los resultados de las elecciones de la semana pasada. Trump no se ha pronunciado aún sobre el reciente aumento de las infecciones que ha puesto en apuros a las autoridades estatales y locales, y que ha preocupado a los hospitales sobre su capacidad para atender a los enfermos.
Estados Unidos ha registrado más de 100,000 nuevos casos confirmados cada día desde hace más de una semana, pero Trump ha estado más concentrado en la distribución de una vacuna, que no estará disponible en masa durante meses. Trump afirma furioso que Pfizer retuvo intencionalmente el anuncio sobre los avances de las pruebas de su vacuna hasta después de las elecciones, según un funcionario de la Casa Blanca que solicitó el anonimato porque no estaba autorizado a hacer declaraciones. Pfizer niega que haya retenido los resultados de las pruebas.
Aunque el mandatario ha restado importancia en forma constante a la pandemia, en la que han muerto más de 240,000 personas en Estados Unidos y se han infectado más de 10 millones, expertos en salud pública manifestaron preocupación por el silencio de Trump sobre la alarmante tendencia ascendente de las infecciones, así como por su negativa a comenzar una coordinación sobre la pandemia con el equipo de transición de Biden.
“Es un gran problema”, dijo el doctor Abraar Karan, especialista en salud global del Hospital Brigham and Women’s y de la Escuela de Medicina de Harvard. “La transición no va a ocurrir hasta enero y estamos en una crisis total en este momento. Ya sabemos hacia dónde conduce esto”.
El silencio del presidente tiene lugar en momentos en que numerosos funcionarios de la Casa Blanca y del equipo de campaña han dado positivo al coronavirus en los últimos días, entre ellos su jefe de despacho, Mark Meadows, y su asesor de campaña Corey Lewandowski.